La estimulación magnética transcraneal es una técnica no invasiva de estimulación de la corteza cerebral, que permite activar o inhibir de forma segura e indolora, el tejido nervioso con el objetivo de regular de forma controlada la actividad cerebral.
Consiste en la aplicación de una corriente eléctrica primaria que pasa a través de una bobina de estimulación situada sobre el cuero cabelludo, generando un campo magnético que alcanza la corteza cerebral tras atravesar el cráneo. Se genera así́ una corriente eléctrica secundaria que puede facilitar o inhibir el flujo de carga eléctrica en las neuronas de la corteza cerebral, desencadenando la activación o inhibición de las funciones cerebrales asociadas a la región afectada por los estímulos magnéticos.
La modalidad más frecuentemente de esta técnica, es la forma repetitiva (EMTr), una potente herramienta facilitadora de los mecanismos de plasticidad cerebral que se producen después de una lesión cerebral que agiliza la recuperación y el reaprendizaje de las habilidades perdidas. La terapia de rehabilitación utiliza la ejecución de actividades específicas y la reeducación muscular, entre otras técnicas, como principio para la generación de nuevas vías de integración y creación de engramas (estructuras de conexión neuronal estable) que sustituyan las funciones perdidas. Se pretende que, mediante la aplicación de la EMT junto con la terapia de rehabilitación, se logre potenciar los cambios producidos por la plasticidad neuronal.
Pero esta técnica surge también como tratamiento alternativo y complementario para muchas enfermedades crónicas y también para las asociadas al dolor.
Tradicionalmente la fisioterapia ha realizado procesos de rehabilitación que a partir de la estimulación periférica sensorio motora favorecen el control y el aprendizaje de patrones motores. La recuperación funcional motriz depende de la modificación del comportamiento y de la reorganización de los circuitos neuronales. La EMT estimula las células de la corteza cerebral y es capaz de modificar la actividad neuronal tanto local como a distancia, gracias al envío de pulsos en trenes o en series.
Cuando el entrenamiento motor acompaña la rEMT es posible mejorar la eficacia de la estimulación cortical, puesto que el entrenamiento induce plasticidad por la práctica.
Aunque está más extendida su aplicación en patologías neurológicas como Parkinson, ACV-Ictus, etc., también se ha estudiado su efecto a nivel cognitivo dentro del ámbito deportivo, mostrando impactos positivos a su favor. La aplicación de EMT contribuye a una mejor activación muscular, facilitando el esquema corporal del movimiento.
Otro campo donde se ha demostrado la efectividad de esta técnica es en el dolor crónico, donde ha evidenciado eficacia y ha disminuido la dependencia farmacológica tanto en pacientes como en deportistas, consiguiendo mejoría a nivel cognitivo y de dolor, dos factores fundamentales en la fisioterapia deportiva. El uso de este tipo de herramienta de tratamiento puede ir de la mano a otros métodos un poco más conservadores donde se busca la recuperación ante la lesión a través del movimiento activo, pudiendo resaltar :
- Ejercicio terapéutico
- Estiramientos activos
- Reeducación al gesto deportivo
- Ejercicios que favorezcan la movilidad y flexibilidad articular
- Uso de agentes físicos.
- Terapia Manual.
La estimulación magnética transcraneal consigue aumentar el umbral del dolor y reducir su percepción hasta en un 60% en pacientes con dolor crónico de más de tres meses de evolución, en los que la medicación no ha sido eficaz.
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