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En la situación de confinamiento en que vivimos y sin la posibilidad de despedirnos y congregarnos con los más cercanos a compartir los sentimientos, el duelo se hace aún más duro. Y en medio de esta vorágine están nuestros niños. Ellos están siendo testigos, muchas veces silenciosos, de nuestra angustia, miedo y pena. Surgen entonces las dudas sobre cómo contarles de la muerte de un ser querido… ¿si esperar a terminar la cuarentena, intentar actuar con normalidad, esconder nuestras lágrimas, etcétera? Son preeguntas que nos inquietan.


Por lo mismo no hace falta intentar ocultar nuestra pena, ellos “saben” (en su corazón) lo que estamos sintiendo y empatizan con ello.
No es un proceso fácil y cada familia de acuerdo a sus valores y creencias lo vivirá de manera distinta, pero queremos ofrecer algunos consejos para afrontarlo con los niños:
• De acuerdo a nuestras creencias, podemos ofrecerles respuestas a preguntas como: ¿Dónde han ido? – ¿Desde dónde nos siguen acompañando?, etc.
• Hacer un ritual en familia donde ellos puedan participar para decir adiós (un dibujo y pegarlo en la ventana, un cuento, una oración, etc).
• Responder a todas sus preguntas por difíciles que nos parezcan.
• Hablar sobre los momentos compartidos con la persona que ha fallecido, esos recuerdos los conservaremos siempre.
• Validar todas sus emociones.
• Expresar las nuestras y permitirles consolarnos también. Fomentar el diálogo adulto-niño nos enriquece a ambos.
• Favorecer espacios de juego libre. A través del juego los niños recrean y procesan su realidad. Y si nos invitan a participar de él, aceptarlo.
• Estar muy pendientes de ellos en los días siguientes.

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